sábado, 10 de abril de 2010

¡Sin Prisas, por favor!

Hace ya algunos años que soy asiduo a la cerveza y una de mis nacionales preferidas para tomar en buena compañía es Voll-Damn, la del anuncio de: ¡Sin Prisas, por favor!

Aquí en Bolivia, podría hacerse un anuncio así para cada ítem de la vida cotidiana y de la vida inusitada también:

-Si decides coger un tren en alguna de sus pérdidas ciudades… ¡Sin Prisas, por favor!

Este sujeto en Mumbay duraría 54 segundos, en Uyuni,
probablemente estaría a salvo dos días, si antes no muere
de sed o hambre o se lo come un perro salvaje de Salar

-Pongamos que vas a comer un almuerzo como el del precio justo… ¡Sin Prisas, por favor!
-Digamos que vas a ver un concierto de música previsto a las ocho de la tarde… ¡Sin Prisas, por favor!
-Ahora piensa que quieres coger un autobús hasta Cochabamba… ¡Sin Prisas, por favor!
-Un día te levantas con la vena Bricomania® y decides comprar algo de madera para hacer unos muebles… ¡Sin Prisas, por favor!
-Tú taxi transformer va a 7 Km/h, sin el contacto puesto y ni las luces, bajando por tu calle de un grado de pendiente… ¡Sin Prisas, por favor!

Nadie aquí parece tener demasiada preocupación sobre la perdida de lo que nosotros consideramos “oro”* y es por esto que nadie puede decir que sean “bobos”, haciendo honor a otro refrán para variar.

Si a quien esperas no llega, busca activiades alternativas
para no aburrirte, mejor que esperar...colúmpiate en rosa.

Es más, una vez me contaron una historia, la de un rey sabio que gobernaba a sus súbditos con justicia y amor, hasta que un día una persona bebió del pozo de la locura y enloqueció. Muchos otros le siguieron, en poco tiempo el rey era el único cuerdo que no había bebido del pozo y la población se revelaba contra el llamándole loco, pues sus acciones iban ahora en contra de la “cordura” colectiva. Sabio como el solo era, el rey fingió locura a fin de conservar su trono y su cabeza. Volviendo a reinar otra vez la armonía en el reino.

Esto se aplica aquí a rajatabla, tomo el mundo llega siempre tarde, pero todo el mundo también sabe que al que esperas llegará tarde. Somos nosotros los únicos que no frustramos y juramos en hebreo respecto a eso. El boliviano tipo, se reiría de media hora de tardanza.

Yo aquí (no incluiré en la cita a Ratita, que está más mimetizada con la puntualidad Boliviana), creo que estoy por el buen camino, el de “enloquecerme a la boliviana” algún día llegaré a la perfección y algo en mi habrá muerto, la puntualidad, y con ella parte de mi “yo europedo”.

* Del refrán: El tiempo es oro y el que lo pierde es un bobo.

1 comentario:

  1. Pues hablando de refranes, ahi va otro: donde fueres haz lo que vieres...... un beso guapossssss

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