viernes, 19 de noviembre de 2010

Cogiendo aire de nuevo

Cuando a una cometa se le da cuerda y no se le tocan los hilos, sube hasta tu cabeza y se queda ahí. Si no eres buen cometero, hará pequeño movimientos, imprecisos y perezosos. Mientras el viento fluya por su vela, ella estará quedará ahí, como suspendida. Es bonita verla al borde del viento, donde sabes que no puede ir más lejos porque tus hilos y la fuerza incontrolable del viento no se lo permitirán. Pero nada dura mucho en el mundo de las cometas, y tu quieres tirar de los hilos, ser el que la maneja, el que la hace dar vueltas en el aire, y el viento quiere sentirla merodear de un lado al otro. Hasta a ella se le oye zumbar alegre cuando la mueves.

Mi cometa figurativa, lleva parada, en lo alto eso si, unos meses y se notan ya vientos de cambio. Se nota que algo va a suceder pronto. Aún no se cuando pero el aire trae noticias de un futuro diferente.

Pronto se sabrá hacia donde van esté trió (a veces cuarteto), si al norte, al sur, al este o al oeste.

Permanezcan a la escucha.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Ingeniería Alemana

Decir esto es como quitarte un peso de encima. Sabes que todo va a ir mejor que si pone "Made in China" o "Made in Taiwan". Simplemente no es lo mismo, algo tendrán los ingenieros alemanes que hacen las cosas para lo que son, duras y duraderas.
De algún modo u otro esto fue Alemania hace casi cien años, así que en el lago Tanganyka, saben de primera mano sobre la ingeniería alemana. Estas son las cosas que tuvo/tiene el colonialismo. El Imperio Alemán reinaba en el lago Tanganyka, en gran parte gracias uno de sus ingenios, más concretamente uno flotante, el barco “Graf von Götzen”. Resulta que lo construyeron en Alemania, allá por el 1913 y lo enviaron en piececitas por barco hasta Dar Es Salaam, donde las metieron en el tren (construido también por los alemanes) hasta aquí, Kigoma, donde lo ensamblaron, destinado a ser el rey de las aguas lacustres más profundas de África. Peleó contra los ingleses y en su retirada, los alemanes decidieron hundirlo para no dar ventaja al enemigo. Los ingleses, que se las saben todas, lo reflotaron al de una década y le cambiaron de nombre, MV Liemba.


A día de hoy, es toda una vieja gloria viviente, este MV Liemba, que todas las semanas va y viene por el lago, como un viejo, pequeño y cansado “Queen Mari” del mundo olvidado. Todo un espectáculo verlo llegar a Kigoma, sacando una larga humareda de diesel mal quemado por sus chimeneas.
Yo me paro a pensar; la verdad es que conozco pocas cosas tan viejas, usadas y que sigan funcionando. El puente colgante, pero fue remodelado, el funicular…No sé, creo que no.
Me parece muy indicativo del exotismo de Kigoma: un barco alemán, una vez hundido y otra vez reflotado, con casi un siglo de vaivenes, cientos de miles de millas, millones de pasajeros y trillones de gallinas.
Desde aquí un pequeño homenaje a las cosas bien hechas.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Momento All-Bran®

Yo no soy José Coronado, ni tomo Bifidus Activo®, pero últimamente, cada día tengo mi momento All-Bran®. Ya ves, una cosa para las que otras personas invierten su desayuno y bastantes euritos, yo la he logrado solamente con venir a Tanzania y comer lo que me apetece.


Peiton, que conoce mis hábitos alimentarios bastante bien un día dijo:

- "Tú eres capaz de comer cosas que harían vomitar a una cabra"- al más puro estilo Rambo.
Aún ahora esas palabras resuenan en mi mente cuando me enfrento a comida cuando menos "exótica" en cualquier lado y por ahora, cruzo los dedos, suelo salir victorioso.

Yo antes no era así, no me malinterpreten, jamás tuve problemas de "estrangulamientos intestinales", ni de excesiva "fluidez gástrica", pero lo de ahora no tiene precedentes. Se podría decir, sin ánimo de levantar envidias, que a día de hoy, soy un verdadero "reloj suizo del retrete".

Me levanto, de lunes  viernes, voy a la oficina y comienza la cuenta atrás;
Son las 9:58 y un "come-come" comienza a ronronearme en mis adentros, advirtiéndome sobre mi primaria necesidad de evacuar. Acepto la misión, me dirijo al excusado.
Son las 10:00 y el "come-come" ha sido derrotado. Una vez más las fuerza del bien han ganado la batalla.
Son las 10:01 el trabajo se reanuda, no ha habido tiempo ni para que salte el salvapantallas de mi portátil.
Mañana, si Dios quiere, las fuerzas del mal serán nuevamente derrotadas.

Hoy por hoy estoy tan asombrado como verdaderamente agradecido a mi flora, y posiblemente fauna, intestinal por el buen trabajo realizado en cada almuerzo. Ya sea un pollo maratón, llamado a si por lo fibrosa de su carne, un cerdo grasiento, o verduras crudas de dudosa garantía higiénica. Mi equipo sabe cómo hacer el trabajo duro.

Es ya más de un mes aquí y el reloj no hace más que afinarse. Cruzo os dedos para que la eventual caída no sea tan dolorosa como complacientes son mis puntuales momentos All-Bran®, mis, hablando en plata, victorias fecales.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

La pregunta del día

Llega el Land Rover con L’doctore y Miss Kishawhili, me subo, nos ponemos a hablar. En el fondo de mi cabeza resuena la pregunta del día, pero pienso:

“ ¿Debo hacerla? Me parece que esa pregunta sonará rara, a fin de cuentas, creo que lo que ha sucedido ha sido un sueño. Maldición, es que fue tan real, que juraría que pasó y si pasó, ellos tienen que saberlo. No hay manera de que haya pasado inadvertido.”

A por todas, lo pregunto y a ver que dicen:

 “Oyes, ¿vosotros habéis sentido lo de esta noche?”.

Tremendas carcajadas de ambos en el coche. Uno dice que dormía a pierna suelta y no tiene ni idea, pero que la inglesa le pregunto lo mismo. La otra dice que sí, que 100% que ha ocurrido. No estoy loco, ni mi medicación contra la malaria me está jugando una mala pasada, no esta vez.

-“¡Así que pasó!, y yo he sobrevivido, aunque he de reconocer que me he asustado un poco.”

Llegamos a la oficina tras cinco minutos de comentarios sobre lo que, ya oficialmente, pasó esta noche. La gente está reunida en torno a una mesa, comentando sobre las elecciones y sus resultados, previstos para hoy. Yo pregunto:

-“Oyes, ¿vosotros habéis sentido lo de esta noche?”.
-“Claro que si, ¿a las cinco o así no? Suele pasar, hace dos años pasó”.

Me queda claro ya definitivamente.

La respuesta a que pasó esta noche está dentro del omnipresente lagoTanganyka desde su creación hace nueve millones de años. Son el valle del Rift y la falla que lo origina, que ve vez en cuando se sacuden un poco el polvo de los hombros y hacen que Kigoma tiemble.



Esta noche me sobresaltó la pesadilla de un terremoto, uno pequeño. Me sobresalto el tintineo de los vasos dentro del mueble de la sala, y a visión de las grietas del enfoscado blanco de la pared de mi habitación. Todo esto, solo con un pequeñíto escalofrió tectónico. Me pregunto qué sintieron las gentes de Haiti aquel día de Enero, cuando las migajas  que quedaban de su país se desmoronaron sobre sus cabezas definitivamente. Me respondo:

 -“¡Miedo, mucho miedo!”

P.D.: Para aquellos/as con tendencias preocupadizas, que quede claro que nada ha pasado y todo está bien aquí.