Hablé un poco el otro día sobre lo bonita que puede ser la noche, cuando uno la mira tras la lenta lente fotográfica. Oscura, negra y ámbar, lineal o borrosa.
Los minutos previos, cuando la noche se está maquillando para salir a escena, son si caben más bonitos. Mírala desde el este, pues le gusta mirarse hacia el otro lado en el espejo del horizonte. Mírala rápido, pues no durará mucho su ritual de engalanamiento. Mírala a menudo, pues muchas veces se cubrirá con mantones de nubes mientras se pinta.
Agazápate en algún mirador y espera paciente tonos amarillos, rojos, azules y rosas de su mirar.
He de reconocer que P’utuqsi, y Bolivia en general, son unas expertas en las lides del atardecer. No hace falta que sea una tarde de verano regresando de la playa con la chica que en secreto amas. Basta con sentarte en tu ventana, mientras escribes en tu pequeño diario.
Pondré como muestra unos botones:
Los bolivianos se pueden deleitar con atardeceres tras
los grandes árboles y los extensos parajes semitropicales.
Con palmeras y nubes, blancos,negros, azules y amarillos.
En cambio el Lago Titicaca, se quema casi a diario.
Se quema y apaga preparándose para el próximo día.
preciosas las fotos y los recuerdos que tengo mirandolas....un besazo guapos
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