Cuando era pequeño había un programa en la tele que estaba de moda, "Con las Manos en la masa", cuya cabecera inspira 26 años después a mucha gente, como a mí. Supongo que es uno de los primeros programas de televisión de los que tengo consciencia.
Me parece que la primera vez que tuve esta sensación de "cuando vuelves a casa" fue la primera vez que fui de campamentos, a Ávila (los que no la conozcan, ¡Vayan!) y perdura hasta estos días.
Y como describirlo:
"Cuando vuelves a casa" conoces cada una de las curvas de la carretera que te llevan a tu hogar. Muchos de los picos que te rodean conocieron en otros tiempos la pisada de tus botas e incluso algunas de sus paredes fueron testigos de tus fiascos escalatorios, acompañados de noches bajo las estrellas y pachares en buenas, y no tan buenas compañias.
"Cuando vuelves a casa" te pasa que sabes que todo está tal y como lo dejaste hace quince días, tres meses, o un año, pero que aquel hall parece como más grande (no porque no esté tu bicicleta) que cuando estaba lleno de maletas la noche antes de viajar.
"Cuando vuelves a casa" el colchón de tu cama huele a fresco y te acoge como ese primer día que lo estrenaste. Tu parte del sofá, la notas más mullidita que la última vez que pernoctaste en ella y te invita a cerrar los ojos al son del programa bazofia de turno, que comienza a las 00:00.
"Cuando vuelves a casa" sabes que Mamaoca saldrá de trabajar el día anterior e irá a comprarte merluza para la cena de bienvenida. Sabes que Ufita te estará esperando con sus tostadas y que el Txopito estará deseoso de celebrar el reencuentro otra vez con unas cuantas cervezas de más, en la farmacia de turno, además de haceros confesiones llevados de la mano de los gatos.
"Cuando vuelves a casa" ves a tus amigos, de los cuales la mayoría no saben de dónde regresas, a algunos, pocos supongo, ni les interesa. Pero te das cuenta de que cada vez que "Cuando vuelves a casa" estáis más lejos en vez de más cerca.
"Cuando vuelves a casa" es un estado de ánimo bonito, que dura lo que un atardecer, y que es bonito y mágico, en definitiva por su esencia misma de hetereidad, porque sabes que partirás de nuevo, en busca de otro "Cuando vuelves a casa". ¡Porque si no marchas, nadie lo puede pintar por ti!
En resumen, "Cuando vuelves a casa" es una de las mejores cosas de marcharse; el retorno a la raíz, al nido, a lo tuyo aunque cada vez tengas más "los tuyos", pero también es recordar la realidad de que no se puede "soplar y sorber" al mismo tiempo y a que tus decisiones te acercan a unos y te alejan de otros. Más los de verdad perduran para ti y tú crees perdurar para ellos.
La proxima , no comprare merluza los primeros dias, a ver si te quedas mas tiempo.... ultimamente se me hace muy corto. Un besazo guapo
ResponderEliminarPero no te apures, que de no ser que cambie mucho la cosa, a lo mejor la próxima me quedo meses por ahí. Ya se verá, que ganas, familia, amigos, esquiadas por el Paga, peleas con Mamaoca...Deseandito.
ResponderEliminarHola pareja!!!
ResponderEliminarMuy buenas vuestras aportaciones desde Bolivia. Cada una de ellas es una piecita de un puzzle que poco a poco voy configurando y, así, me hago una idea de cómo es el lugar donde estáis. Cuando os leo solo siento envidia.
Si pudiera, me daría un paseo por el cono Sur con mi guitarra al hombro. Quizá allí encontraría otro tipo de inspiración, no tan sujeta a influencias modernas y superfluas que, en parte, inhiben de alguna manera mi capacidad creativa.
Os echo de menos. Espero veros pronto y poder calentaros las orejas con mis tonterías, aunque espero mucho más que vosotros me contéis vuestras andaduras bolivianas.
Un beso muy fuerte. Se os quiere.
p.d para la Ratita Fina: en Bolivia se fabrica un instrumento muy particular con el caparazón de no sé qué animal. Es posible que os encargue uno de esos si pudierais empacarlo y si os llega la plata, aunque antes tengo que informarme bien de qué es.
El instrumento en cuestión se llama charango! y Potosí es su cuna. Los buenos se hacen con el caparazon de un quirquincho (armadillo de por aquí)tiene sus pelos y todo! Suena la mar de boliviano...
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=Ymk3l8Qbsiw
Eso es!!!, Charango!!!.
ResponderEliminarufita dice.
ResponderEliminartengo la canela, la leche y la vainilla de madagascar esperando a que vuelvas para hacer las tostaditas ... un beso guapos os quiero mucho mis niños!!! y me acuerdo mucho de vosotros
por mi parte sólo puedo añadir q las cervezas ya están listas, los gatos pardos nos echan de menos
ResponderEliminarJunk: eh¡ Yo soy de esos tristes que no saben de donde vuelves...pero me perdonarás, spero, porque a veces no se ni donde voy yo mismo; lo digo en sentido literal y figurado. Pero te sigo queriendo igual...
ResponderEliminarJunk, "Cuando vuelves a casa" es cuando vuelves a casa. De donde sea, a veces de vacaciones, a veces desde la Conchinchina.
ResponderEliminarYo ya sé que tú, hace mucho tiempo que no sabes a donde vas...y tambié te sigo queriendo igual.