Mi chica, la Ratita tiene, entre otras, una cosa muy especial; es la Blancofobia. Me explico: No es que no le guste el color blanco, sino las comidas blancas... ¿debía haber titulado la entrada Bancomidafobia? Es muy complicado.
Bueno, como quiera que sea, parece ser que desde su más tierna infancia, Ratita tuvo problemas con tomar leche, presupongo que no la de MamaRati, sino de las demás y consecuentemente, sus gustos lácticos son de los más particulares.
El caso es que con el tiempo, estas cosas si no son tratadas degeneran y un día te encuentras con una persona incapaz de enfrentarse a unas fresas con nata, siempre que sepa que la nata no viene de un tetra pack diseñado en Suecia y perfectamente pasteurizado a 103º C durante 3 segundos en Asturias. De repente un día, tras un desafortunado yogurt boliviano que se pasó de fecha, te encuentras con caras raras cada vez que tú comes uno y luego pones morritos para que te den un beso. Sorprendente, y agradablemente, después de repetirte cuanto le gusta el queso Idiazabal, Made in Basque Country, te tienes que comer, tú solo, uno entero porque tu familia lo trajo de España y el dichoso queso conoció toda la geografía boliviana en quince días, curándose durante ese tiempo hasta puntos casi picantes.
Bueno, ¿y qué? diréis...pues nada, la verdad es que tal y como es esta bien, se que hay que ponerle un poco de color a su comida y ya está. Mientras le sigan gustando mis chicas tontos y mi forma especial de quererla yo tan contento.
Brindemos todos juntos con un gran vaso de leche no uperisada por la blancofobia!
jejeje...que le vamos a hacer...y eso que ahora como muchas más cosas blancas que antes! Sino dile a mi madre, lo que le costó que empezase a comerlo, y cuantos años ha tenido que estar separando mi comida del resto para no echarle queso, o cuantas veces tuvieron que precintar quesos en la nevera para que no los oliera..Todos tenemos rarezas, a que si?!
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