miércoles, 15 de diciembre de 2010

Bienvenu Chez les Haïtiens

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Pues si, ya estoy aquí, en Puerto Principe, una capital que, si bien no está de moda, es muy conocida.
Los devenires de como llegué, o más bien habría que decir, de como casi deje de hacerlo, los contaré más adelante, en "La fabulosa fábula del filibustero".

Lo primero que te llama la atención según bajas del avión y esquivas el caos de cincuenta portamaletas, es el el caos, el de verdad... No se inventan en la tele todos los campos de desplazados, están ahí, ni tampoco es que no sean de verdad los bloques de cuatro pisos que ahora son como una hogaza de pan "bimbo" de hormigos y ferralla. Las montoneras de basura y las aguas residuales se adueñan del paisaje rocambolesco del centro de la ciudad. Uno piensa:- Y eso qu esto no es lo peor.- eso está aun por llegar, los sububios dond viven hacinados cientos de miles, o millones de "príncipes" haitianos, si se me permite otorgar títulos noviliaios, así, al tuntún. Pronto conoceré esa otra realidad, tan entrelazada a la mía, así como distante a la vez que viven bajo sus techumbres de metal roido y telas plásticas.


He de decir que lo segundo que me llamó la atención fue mi casa y eso que advetido estaba. Lo reconozco, vivo en un palacio, o más bien cabría decir en un convento. Es grande, segura, vallada, ostentosa y dentro vive gente que a menudo está encerrada. ¡Vamos, por tener tiene hasta un claustro, supongo yo que para paseemos los reclusos expatriados!. ¡Oiga usted!, no me malinterprete, que entre un suburbio de "Ciudad desastre" y una mansión en "Montaña Opulentia", me quedo con la última. Más que nada, señor, es que ahí ya conozco a la gente y en los arravales, pues que se yo, no tengo prácticamente amigos y viven todos apretados como si lo fuesen. Como guinda del pastel y sin ánimo de ser tachado de frívolo, la vista es mucha mejo desde las alturas, el clima más fresco y los vecinos no te molestan tanto al roncar si están a quince metros de ti.


Pero sobre todo, y eso no se me debe olvidar, yo estoy aquí, esto es, en mi castillo amurallado, por mi propia voluntad. Cualesquiera que sean mis achaques contra este país, maldecido por si mismo, por el mundo y por la naturaleza, he de pensar que no soy uno más, sino uno de los menos, uno de los afortunados entre la miseria de la desesperación y el cólera; el mismo que a mi me da de comer hoy, a miles se lo quitó en estos meses.

Finalizando ya el escrito:

Llegué al fin. Sano, salvo, seguro y donde quiero estar.

8 comentarios:

  1. Suerte en este nuevo camino, ya sabes, intenta esquivar las piedras y zancadillas que te encuentres, busca una buena mano a la que agarrarte si tropiezas y, sobre todo, ofrece la tuya a todo aquel a quien veas caer cerca de ti.

    Un abrazo de esos que cruzan un charco, por grande que sea.

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  2. Cuida "la mochila" que ya sabes lo que llevas siempre contigo. donde quiera que estes y hagas lo que hagas. "un abrazo de oso"

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  3. iker, estamos haciendo patxaran casero para que nos cuentes historias cuando vuelvas alrededor de tu brebaje preferido. asi que ya sabes, vive intensamente y si lo necesitas, ¡silvanos! pero recuerda todo el rato lo orgullosa que esta tu gente de ti. sigue contandonos todo, porfa, hace sentirte cerca. mxs

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  4. Buenos días a todos,
    Muchas gracias por vuestras recomendaciones/Abrazos/ofrecimientos de bebidas "isotónicas"...empezar el día con muchas noticias de gente que te quiere es una de las mejores maneras.
    Abrazos

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  5. ostia montes, ya llegaste al fin!
    tennos informados de lo de alla,que la cometa no deje de volar que seguimos con ilusion el blog.
    un abrazo, cuidate

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  6. pues qué te voy a decir, me uno al montón de abrazos, la mejor noticia es q estés orgulloso de lo q haces (aunq pienses q sea poco, otros pensamos q es mucho)

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  7. Jo Iker te digo lo mismo que Txino y ademas disfruta
    Cuidate que nada más tenemos UNO

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  8. Bueno, pues me sumo al sentir popular. Iker, recuerda que nos gusta mucho saber de tí y ver que haces lo que te gusta, además nos nutrimos con tus andanzas por lo que esperamos tus relatos con ilusión. Nosotros también hemos preparado ese brebaje este otoño así que nos unimos a la invitación de tertulia de caminante. Este sábado haremos un brindis por los que no podeis estar. Abrazos, grandes, grandes.......

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