Llega esta entrada un poco tarde, no es vano, ¡ya casi es Navidad! Pero existe una costumbre muy Potosina el 1º de Noviembre, que me gustaría conociesen. Le llaman tumbear, esto es, ir de tumba en tumba. Manda la tradición, que las familias que perdieron a un ser querido durante el año, tienen que honrarle el día de Todos los Santos.
Primeramente, el día 31 de Octubre, se instala en el salón de la casa la tumba, llena de flores, velas, comidas y la foto del difunto.
El 1 de Noviembre, susodicho día, se cuelga en la puerta de la casa una banda negra, indicativa de la tumba y muestra de invitación. Después todos los conocidos y los no conocidos que lo deseen, pueden ir a mostrar condolencias a la familia, además de probar las delicias con las que son agasajados, tales como masitas, pasteles, chicha (alcohol) y cócteles.
Y así se pasa la gente tal día, comiendo, bebiendo, paseando y rezando.
Antonio, Potosino de Ley, ese día se podía decir que tumbeaba dando tumbos. Después de más de veinte tumbas y otras tantas chichas. Sus hijos, se reían de sus gracias mientras nos hablaba de sus tradiciones. Todo quedaba en familia, ¡una grande familia, como la mía!
Nos pareció a la Ratita y a mí que es una bella manera, (religión aparte, para mí) de recordar y festejar la vida y obra del fenecido. Todo bonito y mucha gente viniendo a despedirle. De donde yo vengo, las viudas buenas se pasan por las tiendas de flores y por los nichos para "charlar" con los que perdieron, mientras sus hijos, o están durmiendo la resaca, o no saben de qué va el percal de Todos los Santos. Supongo que cada pueblo vive la muerte, o la ausencia de diferente manera. A mí me gustó la Potosina, por su honestidad y por su sabor a pastel recién hecho.
lunes, 21 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Y tú que piensas de esto? No seas tímido y habla: