martes, 22 de diciembre de 2009

¿A qué huelen las nubes?

Hace unos años, se pusieron de moda unos anuncios de una conocida marca de productos de mujer, de esos que yo jamás usaría para mí mismo e inclusive me daría vergüenza comprar para mi hermana en épocas adolescentes. El titulo del comercial rezaba como esta entrada y hacía preguntas de lo más insólitas e irresolubles, que probablemente son culpables de muchos problemas psicológicos en adolescentes de los 90-00.
El  caso es qué una persona muy querida por mí, tiene tendencia a preguntar de vez en cuando este tipo de preguntas, y yo, pobre mortal presocrático, que ni siquiera sabe que no sabe nada, no puedo por más que mirar raro  y sonreír diciendo:
-¿***** otra vez me haces preguntas...

                                                                                                     ?

Pero la persona en cuestión, no es de las que tiran la toalla así como así; la repite, con voz dulce pero firme...
Me vuelvo a reír y le digo:
- ¡Ah*****! ¡Qué cosas tienes, de veras que haces unas preguntas a veces!
Pero en el fondo son momentos bonitos y entrañabes, siempre y cuando se me permita no responderlas.
-¡Carambolas¡ Todo el mundo tiene derecho a la quinta enmienda de la constitución americana, ¿no?, por lo menos en las películas, tienes derecho a permanecer en silencio-
Y yo es lo que hago. Callo y sonrío.

1 comentario:

  1. Lo de callar y sonreir para no contestar a una pregunta es genetico... que nadie se enfade por eso, quien a los suyos se parece ... honra merece a eso le llamaremos desde ahora una "Ikerada" ja ja ja un beso

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