sábado, 19 de diciembre de 2009

Esa gran palabra llamada paciencia….

He intentado buscar frases que hablen de la paciencia, para saber que dicen de ella.

A parte de la que todos conoceremos “La paciencia es la madre de todas las ciencias”, el ciberespacio está plagado de expresiones sobre esta palabra.

¿Y porqué hablar de ella?

Pues porque si algo estamos aprendiendo desde que llegamos a Bolivia, es a cultivar nuestra paciencia.


“La paciencia es un ejercicio de amor, fe y humildad que hace crecer a las personas”

Hace ya casi 7 semanas que pusimos nuestros pies en Potosí. A nuestra llegada supimos que en dos semanas podríamos instalarnos en una casa junto a la del director de la ONG. La susodicha estaba en obras. La idea era que en la primera planta se mudaría la oficina y en la segunda viviríamos nosotros.

“La paciencia es un árbol de raíces amargas pero de frutos dulces”

Cuando ya llevaban 2 semanas de retraso con las obras, fuimos a ver la casa.

Escombros por todos lados, paredes sin pintar, cristales sin poner, cocina y cuarto de baño sin hacer...etc.

Tengamos un poco de paciencia, nos decíamos.

“La clave de la paciencia es hacer algo mientras esperas”

Resultó que esas 2 semanas se hicieron 3 y volvimos a la casa.

Escombros por todos lados, paredes a medio pintar, cristales sin poner, cocina y cuarto de baño sin hacer…etc.

Así que decidimos pasar un sábado entero colocando cristales, sacando escombros, y rascando un suelo lleno de cemento y yeso. Lo que fuese por adelantar nuestra entrada en la casa. Tengamos un poco más de paciencia, nos decíamos.

“La paciencia lleva a la perfección”

Cuando se hicieron 5 semanas de retraso, nos dijeron que los baños y la cocina estaban listos, que podíamos ya comprar los muebles para mudarnos. Yuhuuuuu!

Fue el sábado pasado cuando nos armamos con todo lo necesario para dejar la casa como los chorros del oro, con la intención de ir después a comprar los muebles y mudarnos al día siguiente.

Cuál fue nuestra sorpresa cuando al entrar a la casa seguían habiendo: escombros por todos los lados, paredes sin terminar de pintar, cuarto de baño supuestamente “listo” sin hacer, puertas que ya estaban colocadas, las habían sacado de nuevo…etc.

Nos pusimos a recoger cosas, en un intento desesperado por que la casa pudiera estar terminada en un abrir y cerrar de ojos.

Al final nos fuimos diciéndonos: ¡Tengamos el resto de paciencia que nos queda!

Si hay algo cierto acerca de los bolivianos, es que no saben decir que no. Embelesan la verdad colocándole mil florituras.

A día de hoy nosotros seguimos en nuestro hostal, caminando cada mañana en pelotas y mini toalla camino a la ducha, delante de todo la gente que desayuna, compartiendo un espacio común de 12m2, durmiéndonos con el sonido de la rotaflex de las obras de construcción de una cervecería anexa a este lugar (obras que también van retrasadas…¡3 meses!), aguantando que nos desaparezca comida en la nevera y teniendo las maletas aún sin deshacer.

Dicen que “Toda paciencia tiene un límite”. El nuestro aun no ha llegado y más vale que tarde mucho en llegar…

Después de leer tantas frases sobre la paciencia, me quedo con una, la única que me ha hecho reír: “Con paciencia y vaselina, jodía el elefante a la hormiga”.

1 comentario:

  1. A este paso volveis de Brasil y aun no teneis casa... jo! pero seguid conservando un poquito de esa paciencia, por que cuanto mas la ejerciteis mas tendreis eso es como el "Kefir" jajajaja

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