Los que saben de física cuantica dicen que si te tiras contra una pared existe "posibilidad no nula" de que la atravieses...ellos, consciente de lo que sus palabras significan, no lo hacen. Saben que sería una posibilidad entre 100.000.000.000.000, esto es: una casualidad.
He de reconocer que la casualidad está en nuestra vida, lo de ver a gente que conoces por tu pueblo, por tu ciudad, incluso por las de otros. No importa cuan poca gente conoces, casi siempre y casualmente pasa una o dos veces al año.
Algunas veces es ese amigo de la infancia que no ves en siglos y luego de contactar de nuevo ves siempre en el tren de vuelta a casa, o en la biblioteca, o en un bar donde tomas cervezas. Pero otras veces te deja pensando sobre probabilidades, suertes y hasta destinos.
Una vez, viajando por Europa, coincidí con un viejo amigo de la universidad, el Indio le decían las chicas que estaban prendadas de el, en el aeropuerto de Londres, donde cada año paran no más de 19,957,077 personas. Íbamos al mismo sitio en el mismo vuelo, para más inri. Pero un aeropuerto es pequeño, no más de algunos campos de futbol, podría agregar un matemático picajoso.
Aquí en Bolivia ya son 1,098,581 km2 y 10,907,778 personas y yo no dejo de ver gente conocida por doquier (bueno, tal vez exagero). Atentos:
Don Eduardo es un señor que conocí muy al principio de mi estancia aquí, en Potosí (1,118 km2 y 164,481 personas). Luego verle por la ciudad tres veces más, por casualidad, a estas alturas no causa enajenación. Pero una mañana, en la saturada terminal de buses de la Paz (3,240 km2 y 877,363 personas) entre miríadas de polleras y ponchos me llamó la atención gratamente.
Pero pensé para mis adentros combinarlas todas juntas en una única casualidad. La llamaría "esto es la re-ostia":
-Pongamos que perteneces al ex-alumnado de una pequeña universidad británica de 3000 alumnos por año.
-Pongamos conociste a una pareja y que ella investigaba en el campo al que tu te dedicabas con los Dawson´s Freaks, el nanomundo.
-Pongamos que te vas a Bolivia.
-Pongamos que te presentas, una vez más en la atestada terminal de buses de La Paz.
-Pongamos que vas al baño a mitigar tu vejiga tras 12 horas de autobús, sales y le ves a él, ahí, puesto por gracia divina.
-Pongamos que piensas que es tan imposible que dices. ¡No puede ser!
-Pongamos que Ratita va al baño y ve a su novia, a la cual no conoce con una gran sudadera con el nombre de la citada universidad.
Son ellos, en ese mismo lugar mágico, la terminal de buses de La Paz, en ese mágico día de la celebración del Gran Poder. En este místico país donde solo pasa lo impredecible y lo predecible es inusualmente irrecurrente.
Si algún matemático me lee, denme una cifra de probabilidad.
¿es que no te pasa que siempre que vas de vacaciones ves a alguien de tu pueblo???jajajaj, el mundo, amigo menditxu es mucho mas pequeño de lo que parece, miles de km y siempre la misma gente.un abrazo muy fuerte
ResponderEliminarHola chicos, !que bien de nuevo por aqui!, se os ha echado de menos.
ResponderEliminarA mi me alegra pensar que no todo se puede calcular, que existe la casualidad, ¿o causalidad?, que no todo es predecible, habrá que dejar un espacio también al acontecer natural de la vida sin pensar que podemos tener todo bajo control. Y eso si, cuando te encuentras con alguien conocido fuera del contexto habitual (aunque no sea una persona especialmente cercana a tu día a día), te da un saltito el corazón, a mí me suele producir una alegría especial. Al hilo de esto, últimamente estoy recuperando contactos a traves de facebook que hacía tiempo tenía perdidos, ya sabeis, los amigos cactus. Muaks
Yo también estoy recuperando gente con el FB...por ejemplo algún primo perdido hace unos 10 años. Ahora resulta que nos vamos a juntas después de todo este tiempo. Alegría, no será coincidencia, porque todos nos reuniremos a sabiendas, pero sera bonito!
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