jueves, 17 de junio de 2010

Amor a la Boliviana

Si tiras del hilo de la cometa desde hace algún tiempo te habrás dado cuenta que en Bolivia todo tiene su tempo particular, su forma de hacerse, su idiosincrasia.
Por ejemplo, se trabaja tranquilo, se masca hojita de coca despacio, se conversa sin prisas, y así, las tardes pasan, las llamitas se engordan en los campos y poco a poco los ladrillos se alinean uno al lado del otro para convertirse en casas. Pero cuando llega el tiempo de beber o de casarse, los bolivianos son más decididos y sorprendentes.
Lo primero se puede hacer en cualquier momento del día, mediodía,  tarde, media tarde, noche o media noche, de lunes a domingo.
Lo segundo, el casamiento, no es menos sorprendente, un día te da por ahí y te casas en veinte o treinta días. He de clarificar que lo segundo siempre, invariablemente implicará lo primero hasta arriesgar la salud.

Un día de Mayo, nos dice un amigo, el cual nunca me había dicho quien era novia -¡Me caso!-.
Nosotros que ya sabíamos que la tenía y de hecho sabíamos que se iba a casar, respondimos como sorprendidos,- ¿Si?, ¿Cuándo?-. Él responde a la boliviana, - ¡Puuuuucha! En nada ya, para Junio.- Pero no precisa día ni nada. Tres días antes de la boda, como si nada me ve y me da la invitación.- Ya, allí estaremos.- le digo. Este fin de semana se consumó el evento (merecerá un futuro vuelo aparte en la cometa).


Un día de Junio, me llama un amigo, del cual si sabía tenía corteja y me dice,- ¡Menditxu, me caso!.- en este caso yo sabía hace meses que andaban que si sí, que si no. Respondo cortes y sinceramente,- Enhorabuena MistaChin (nombre de este amigo mio), pero, ¿Cuándo?- Como si nada el me explica las circunstancias que circundan al evento.- ¿Sabes? Por tal, por cual y por Pascual hoy le pedí la mano a Sushila, y para mediados de Julio me caso.- Claro, yo pensé dos cosas, por un lado, que pena no lo voy a poder ver y por otro...
¿Es qué nadie se casa con más de un mes de antelación en este bendito país?

Mira que en España, contado excepciones, la gente organiza y requete organiza el evento. Mira y requete mira restaurantes e iglesias en pueblos exóticos perdidos de la mano de Dios. Invita, requete invita y recontra invita con meses y meses de antelación, esperando respuesta y requete esperando respuesta al poco tiempo. Y en cambio aquí, me caso pasado mañana. ¡Ni tanto ni tan calvo, un poco de por favor!

No obstante he de reconocer que la boda de este fin de semana, fue un gran evento, en el que yo personalmente disfruté mucho y en el cual Ratita, hasta donde su memoria alcanza también.

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