lunes, 14 de junio de 2010

No es la fe, sino la plata, la que mueve montañas

El otro día, junto a la segunda temporada del Equipo Jai, pasamos y paramos en un pueblecito del Sur de Potosí. Hasta hace poco era punto de descanso entre Potosí y Chile, ahora se trabaja sin descanso moviendo cada una de sus piedras a los cinco continentes. Se llama San Cristóbal y este es su mito según me contaron:

Hace unos años, se encontró plata debajo de la iglesia del pueblo. Los gringos y japoneses vinieron, movieron el pueblo unos kilómetros abajo, incluso su iglesia, piedra a piedra fue reubicada.
Sistemas de agua y saneamiento fueron implementados, junto con luz y un gran mercado (imprescindible en cualquier pueblo del altiplano boliviano). Hasta aeropuerto tienen en San Cristóbal.
La gente de las comunidades, sobre los 3000, tienen salarios astronómicos de 1000€ o 1500€/mes, se ve que son felices en su nuevo oficio de mineros.
Solo tecnología punta se usa en la mina, supercamiones con ruedas de varios metros y demás, como en el circulo de la foto.


La impresión que a mi me dio fue un poco diferente:
Mucho cartel  de ciudad modelo, con puesto de salud, Internet, teléfono y demás a lo largo de una carretera de barro. Ni mejor, ni peor que cualquier otra de Bolivia. Se ve que se gastaron los 700 millones en 323 torres eléctricas, acompañan a la terrosa pista, para chupar el 6% de la energía de un país, Bolivia, donde mucha gente se ilumina con velas.
No me llamó mucho la atención, dado el caso que vivo en Potosí y ley algo de su historia parasa, bien parecida a su historia contemporánea.
Leyendo un poco más, me sorprendió saber que las ganancias anuales de la Minera San Cristóbal, 2ª mina de plata en el mundo, son de 1.000 millones de dólares al año, dependiendo del precio del mineral. Esto es bueno para Bolivia, que percibe 35 de ellos, pero más aún para inversionistas japoneses (dueños de la mina). Si mis matemáticas no fallan, o Bolivia se lleva un 3,5% de las ganancias,  o dicho de otra manera, regala un 96,5% del suelo extraído. Escuálido beneficio para cualquier otro inversor.

Pero bueno además parece que la minera tiene otros asuntos pendientes, el agua.
Se ve que el mineral de la mina es de poca ley y lo tratan usando 50.000 metros cúbicos de agua al día. En un lugar donde casi casi no llueve, de echo casi un desierto. Ellos dicen que no pasa nada y otros dicen que es un cataclismo para la región. Yo más bien pienso lo segundo, por lo del refrán de: quita y no pon, se acaba el montón.

Finalmente, seguro que dentro de 12 años la minera se irá, la región se deprimirá aun más de lo que estaba antes. Sus sistemas de agua, ya no tendrán agua, sus montañas serán de residuos en vez de rocas. Recuerda a la capital departamental y su cerro rico.

El caso es que ciertamente, la plata mueve montañas mucho más efectiva y rápidamente y enriqueciendo a su vez a muchos más que la fe. Eso lo sabían los colonos españoles y lo siguen sabiendo los chinos, japoneses, americanos y españoles de ahora.

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