Un día cualquiera se pone a llover y pones la música a todo volumen, rozando un ápice la locura, en una tarde tragicómica de el sempiterno verano caribeño.
Un día cualquiera te pones a ver fotos viejas en tu nuevo ordenador; fotos en donde todo el mundo tiene pelo, donde ni los chicos, ni la chicas tienen barrigas; ni perennes , ni caducas.
Un día cualquiera te acuerdas de gente que añoras como el primer día que les perdiste, de otros de los que nunca te acuerdas, de gente de la que nunca nunca te olvidas.
Un día cualquiera recuerdas épocas que ahora parecen, a la vez tan lejanas e irrepetibles como cualquier Octubre; a la vez tan mundanas y cercanas como cualquier otro día.
Un día cualquiera te das cuenta de la suerte de haber vivido esta época, en este sitio y con esta gente a la que ahora has movido de lugar. a algunos de ellos tienen sitios más míticos de tu corazón ahora, a otros los moviste hacia rincones más recónditos de tus venas sin saber muy bien porque o cuando. Pocos fueron olvidados.
Un día cualquiera te das cuenta que este día cualquiera que es hoy, se ha convertido en especial tan solo con una afortunada mirada a un grato recuerdo que me ha encogido un segundo las entrañas.
Muchas gracias a todos los que estuvisteis, estáis y estaréis.
Muchas de nadas a todos con los que estuve, estoy y estaré.