"Lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne"

El otro día un amigo puso una pequeña entrada por ahí en internet. Una de las que son dignas de leer. La firmaba un tal Eduardo Galeano, autor uruguayo que personalmente a mí, me enseñó más historia de la época que esta santa  Sur América era España que en todos los años en el Colegio Cooperativa Basauri.

Nacido en 1940, Galeano piensa más como la generación de Mamaoca, Ufita, Maicus y sobre todo  sobre todo el Tío Eutimio, que como la mía.  Él relata como todo antes era durable, como todo se arreglaba, guardaba y reutilizaba. Ahora, prosigue, la mayoría tenemos la almendra un poco roída y pensamos necesitar ese nuevo modelo de zapatos, ese nuevo telefono-camara de fotos-GPS-MP3-equipo de sonido todo en uno. Porque el viejo ya está pachucho. Pensando más en los 2€ que me costará que en los 75 kilos de desecho que generará nuestra decisión (1500 para un ordenador), o el hecho de que probablemente algún menor congolenho habrá extraido a punta de pistola, los minerales necesarios para construir sus chips en vez de ir a cole.

La buena noticia es: Tranquilo, no todo es culpa tuya. Te acuerdas de esas escenas de bolas de nieve que se hacen cada vez más grandes según van rodando cuesta abajo y se llevan por delante al dibujo animado de turno. Tú y yo somos los dibujos animados. La gran industria, la bola de nieve, y vive Dios que tiene herramientas poderosas para que sigamos comprando. Sencillo, por un lado hacen que las cosas se rompan antes y sean imposibles de reparar; ejemplo un coche. Por el otro nos hacen pensar que necesitamos lo último en todo, ejemplo la moda. Incluso se combinan los efectos; ejemplos, un coche o la moda. Esto no nos quita nuestra parte de responsabilidad, como cuando tú fumas porque todos tus amigos fuman. Pero todos tus amigos fuman, porque todos tus amigos fuman…

Por eso yo admiro y trato de imitar hasta dónde puedo a gente como la boliviana (muchas veces criticada en "la cometa") o a mi Tío Eutimio. Gente que todo guarda y todo arregla.

Paséate por sus garajes y hay de todo, maquinas de coser viejas, todas las herramientas del mundo, y alguna que ellos inventaron, millones de clavos y tornillos, trozos de madera de muebles desechados, motos viejas y bicicletas de cuando Bahamontes. 

Es cierto que para muchos objetos es un punto muerto en su carrera como bienes de consumo, pero para muchos otros es una nueva vida. Rejuvenecidos parten como pieza de fijaciones de esquí, como esculturas para un gimnasio,  como banco de abdominales o perno fresador de yo-que-se-que máquina herramienta.

Gente como esta queda mucha, gracias a Dios, es solo que no los vemos porque están en otros continentes. Esa gente que recicla nuestros coches, que convierte latas viejas en lámparas de luz, que hace sandalias con neumáticos de coches. Gente que hasta su propia orina y heces reciclan, por no tener casi nada más que reciclar. Agradezcámosles sus esfuerzos, pues es porque ellos no viven como vivimos nosotros, que nosotros podemos vivir como vivimos y no como viven ellos. Con el móvil nuevo, con el coche nuevo, con el plasma nuevo...pero siempre con la vieja vida de...trabajo, trabajo y más trabajo para tenerlos y reemplazarlos.

 Perdón por el adoctrinamiento mí querido lector.

PD: Si has llegado hasta aquí abajo, a lo mejor te quieras pasarte de nuevo por los links de esta entrada. Te llevará un tiempo, algunos son videos largos, pero serás una persona mejor informada para esquivar la bola de nieve.