Home sweet home

Hay quienes dicen que todo llega, a su momento pero llega. A nosotros el año nuevo nos ha traído una casa en Potosí. Sí al fin ya dejamos el hostal, hemos desecho maletas después de 3 meses y compartimos un espacio común de más de 12m2!

Hemos pasado una semana entre amueblar la casa, pintar, barnizar, lijar, idear un somier para la cama, hacer mueblecillos, limpiar, aprender a coser a máquina para hacer cortinas…y demás chapuzas caseras. Así que ya tenemos casa, y por cada ventana por donde se mire hay montañas a lo lejos, y cuando llueve (que es cada día) las gotas de lluvia chocan en el techo metálico y suena un ruido que adormece.

No solo esto, sino que el año nuevo nos ha traído tres sobrinas y un sobrino, varias tías y tíos y hasta a una abuela y un abuelo. Vivimos junto a una familia que es adorable, se la pasan viniendo a visitarnos y desde el primer día los pequeños nos llaman tíos y vienen a ver como cocinamos, a ver que chapucillas andamos haciendo, o a darnos abrazos y besos.

El señor que recoge la basura pasa 10 minutos antes del camión tocando un silbato, y la gente sale a la calle con sus bolsas; por las noches una decena de perros ladran; y nosotros nos hemos puesto manos a la masa y a la imaginación entre manualidades y cocina.

Os presento nuestro hogar Potosino:

Ya sabéis, ya tenéis casa para venir a visitarnos!