Nunca me dediqué ni una tonada.
Ni buena, ni mala, ni asonante, ni afinada.
Ya en mediana edad, hoy me hice un traje,
musical, consciente y sin pejae.
- Menditxu
A mis cuarenta y casi-todos, tuve montones de canciones de “Amor©”, de las que envejecieron mal. Canciones de las que ahora escucho y tiemblo al ver los mensajes que me metía/-n/-ías en la cabeza; universos de ensoñación distópicos. Universos en los "que cada parte de mi mente era suya", dejándome sin agencia sobre mi vida. Sitios que hablaban de universos en los “que si sin ella, no era nada”; como si necesitara foráneas presencias vitales para congratularme en mi mera existencia. Pensaba errado “que no había brillo del sol cuando ella se marchaba”, pues todo quedaba inundado de oscuridad sin la persona amada. A veces tildaba a una tercera de "que fuera una mariposa traicionera” por el hecho de hacer lo que le diera la gana, y que no coincidiera con mi designio vital hacia ella sin ella siquiera saber de su lacrado destino. ¿Quién era yo en aquellos días que hoy revisito como vetustos y anticuados? Me creía ”que sin ella no podría vivir, que no había manera” por más que lo intentara. No sabía aún, como hoy sí sé, que pasaré únicamente mi existencia completa de inicio a fin con una solo persona, la que general y tristemente no ELEGÍ (mayúsculamente). Nadie llegó y se quedará para todos los días de mi vida salvo Servidor de Mí, Menditxu. Siempre a mi lado, pero ¡sin muchas veces dejarle ser!
Todas esas canciones, sonsonetes de “copia-pega”, encrespaban mi piel, exprimiendo gotitas de agua salada de mis lacrimosas glándulas; me enseñaron a llorar lo perdido, añorar lo estandarizado, a perseguir e incluso anhelar lo que me rehuía. Y en ellas, indefectiblemente veo ahora lo mismo mismísimo: dos tradicionales y traicioneras ideas transversales, reproducidas en cadena por la industria del amor normativo. Eso sí, expresadas con esta o aquella metáfora, más o menos lograda en la composición de turno y dependiente del enajenamiento transitorio de la compositora, mayoritariamente varón, blanco, cis, hetero… para que negarlo.
Primeramente: Que las canciones de amor siempre van de “mi” hacia “otra” persona. Casi nunca (Serrana Excepción…) nos decimos lo guapas que somos, lo entretenido de nuestro conversar interno, ¡que la vida a nuestro propio lado… es un pepino!, ¡que “la repanocha” es un adjetivo que nos va de “la pera”! porque ¡molamos “to´lo gordo”!...Siempre buscamos fuera lo bello, lo grande, lo que nos llene, incluso lo que nos excite, ¡¡Desempoderaícas andamos mayormente!!
Segundamente: Que esas tonadilleras (y por ende los coros de voces que las repican y las entregadas orejas que no las auditan como se debiera) no se sienten completas, sino que son, como siempre nos dicen y generalmente queremos imaginarnos “medios cítricos” en vez de Naranjas Completas©. Como que necesitamos a alguien que nos complete en el caminar hacia el exprimidor vital que nos saque el jugo. Dos medias naranjas no necesariamente dan más (o más sabroso) jugo que una completamente madurada en árbol. ¿Acaso necesitan los que se creen cítricos completos, pertenecer a alguien o a algo, físico o metapsíquico, y tener únicos testigos que den fe de nuestra teórica felicidad compartida en el Alter, para no sentirse inexistentes?
Este es mi grito de los últimos años…serme “Naranjito feliz”. Feliz y felizmente rodeado…sean naranjas, mandarinas, limas, limones o kumquats…siempre que no me quieran rajar en dos para completar nada, y siempre que sean dulces y acidos.
Ahora pienso a veces: ¡Por ahí ya no, Menditxu!. Ya transitaste tú por estos pastos de la social necesidad emocional de buscarte en otras almas. Mejor busca en tus nuevos páramos reverdecidos de la consciencia emocional, en los jardines propios de “Contigo de ti” y los compartidos para con la/s AA/s (seas misteriosa quién seas en el espacio tiempo). Decidla: “Ven como necesites venir y ni una migajita de menos me escatimes”. Vivan los pastos del amor condicional. Condicional a mi amor propio. Abajo las praderas de la co-dependencia y del miedo a la soledad, esas que ya no las necesito, ni quiero cerca.
Entonces y ya nos cnetramos en las canciones de amor definitivas: Ahora mismo y por un futuro indeterminado, espero indefinido y duradero, reduzco mi número de canciones de amor a 2:
Una canción para “mi-me-conmigo” y otra para “ti-te-con (o sin) -tigo.
“UNA CANCIÓN DE AMOR PARA MI” porque nunca me tiré una, y porque “ellas tienen 1000”; que si bien muchas son las mismas…Yo ninguna me tuve.
Esta es la canción de no ser severo conmigo mismo. La sonatina de primero cuidar de mí y salir fuera, para darme en amor, como ya dije, siempre condicional a vosotras, mis seres importantes. ¡Que si no me quiero a mí que daré afuera? ¿Las migajillas acaso que recojo de la mesa de solo ser querido desde fuera?
Me digo: “Dedícate esta canción de amor”, quédate a cenar contigo sólo; elígete tu propia aventura, escríbete un poema, abrázate 8 segundos, tócate como una loca. ÁMOME, no desde el geocentrismo de creerme mejor que nadie, sino desde la “justicia personal” que no me hiciera respetarme otrora, la de sentirme “uno, grande y libre”. Francamente…se me eriza el cuero de decirme, y de pensármelo. ¡Yo soy Menditxu V1.5; si acaso ahora “siéndome amable y tratándome bien” en todos mis sentidos, en lo físico y el emocional! Sin castigos autoimpuestos, ni responsabilidades emocionales ajenas, más allá que las de mis dos ternuras que riego a tiempo parcial.
Y otra, la misma para “toícas” las personas que llegan y llegaréis. Tal vez no suene nada Romántico© esto de compartir la misma canción con seres tan diferentes y en dispares épocas, pero en esencia aun si con diferentes aromas, quiero que todas sigáis el mismo patrón no-estándarizado. Aunque esta canción, titulada “NO HAY MARIPOSAS”, cargue de “frente y con tó” contra mis amigas “Lepidoptera Gastricae” (si acaso las salvajes), erradica sin compasión a esas de las que me creo domador y amanso.
Porque yo busco mariposas que vean, que no me cabe un defecto más, y me AMEN! Que anhelen romper las encorsetadas crisálidas cada “domingo” que co-creemos juntas, aunque caiga en martes 13. Rebeldes Lepidópteras que me “quieran lejos” y aún así me aleteen cada necesidad de intentar mejorarnos sin clichés, ¡pero con caché!…Gente que diga “te amo” no “te quiero”, sabiendo que no es lo mismo y por qué. Personas con equipaje, pero que ni “ni loca de mí, ni loca conmigo”. Gente que crea en un Amor Romántico sí, pero más allá también, en uno CONSCIENTE.
Y si acaso dos te parecen poco, por ahora agrego un gran clásico personal. La canción de amor que me recuerda (como si ahora mismo necesitara el recordatorio), el cómo quiero amar y ser amada, el cómo quiero vivir y ser vívido: “CONTIGO”, libre y sin ataduras más completamente “cuerdo de atar” y demandar lo que fuere de mi necesidad.

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