miércoles, 20 de abril de 2011

Un día cualquiera...

Un día cualquiera se pone a llover y pones la música a todo volumen, rozando un ápice la locura, en una tarde tragicómica de el sempiterno verano caribeño. 

Un día cualquiera te pones a ver fotos viejas en tu nuevo ordenador; fotos en donde todo el mundo tiene pelo, donde ni los chicos, ni la chicas tienen barrigas; ni perennes , ni caducas.

Un día cualquiera te acuerdas de gente que añoras como el primer día que les perdiste, de otros de los que nunca te acuerdas, de gente de la que nunca nunca te olvidas.

Un día cualquiera recuerdas épocas que ahora parecen, a la vez tan lejanas e irrepetibles como cualquier Octubre; a la vez tan mundanas y cercanas como cualquier otro día.

Un día cualquiera te das cuenta de la suerte de haber vivido esta época, en este sitio y con esta gente a la que ahora has movido de lugar. a algunos de ellos tienen sitios más míticos de tu corazón ahora, a otros los moviste hacia rincones más recónditos de tus venas sin saber muy bien porque o cuando. Pocos fueron olvidados.

Un día cualquiera te das cuenta que este día cualquiera que es hoy, se ha convertido en especial tan solo con una afortunada mirada a un grato recuerdo que me ha encogido un segundo las entrañas.


Muchas gracias a todos los que estuvisteis, estáis y estaréis.
Muchas de nadas a todos con los que estuve, estoy y estaré.

domingo, 17 de abril de 2011

A golpe de charango

Me sorprende la mañana escuchando ritmos andinos de charango y  mi mente se carga de aquellos recuerdos de nuestro pasado reciente, cuando el sol nos quemaba, a la vez que  el frio nos helaba en la plaza de la universidad, comiendo ricas salteñas al mediodía.

Me llegan los aromas de la feria, con sus verduras, su carne semi putrefacta, sus especias, sus regateos entre caseritas y sus risitas a nuestro pasar cargados de frutas y verduras.

Me llega el día que Ratita y yo tuvimos nuestro primer nidito y como todas las mañanas que amanecimos juntos en el.
.
Me acuerdo de la primera noche con Chuño,  "el perro patraña", que decidió no dejarnos pegar ni ojo del miedo que tenía..

Son tantas cosas y gente que comocimos en Bolivia, nuestro querido pais de las mil y una caras, de los dos mil y un sombreros, de las tres mil y una músicas y bailes.

No me pasa siempre, pero añoro grave, la luz de sus atardeceres, a la Paulina subiéndonos choclo para el almuerzo, al "blanquito" jugando cada mañana con el chuño. Subirnos al centro para comer una pizza en el Mana y todo lo demas que no me cabe aquí escribir.

Pensaba, cuando estaba allí, que me sería mas facil decirle adiós este encanto que tal vez en su día hasta maldije; hoy me doy cuentam cuando escucho el charanguito que parte de mi se quedo muy gravada de esas tierras altas. Me queda saber de que manera, pero mi estomago me dice que es así.

sábado, 9 de abril de 2011

El jardin de nuestra casita

Pues como pedisteis unas fotos, aquí estan:

Estas son las jadineras con las que empezamos...rábanos, perejil, albahaca, zanahorias, rúcula...

 El mini invernadero de film transparente, enclenque pero funcional.
 Los alubiones de la granja, calabacines,  melones y  al fondo la pila del compost
 Las vainas del cuñado de Micky
Los tomates, que no se dan muy bien al parecer en nuestro huerto
 La piscina con agua de lluvia para regar...pronto habrá patos.
 Vista general de los cuatro metrillos.
Alguna que otra plantilla por aqui y por allá.

lunes, 4 de abril de 2011

Como un ex cantante de rap se convierte en presidente de Haiti

Os voy a retratar las sensaciones que tengo en estos momentos, espero hacerlo bien para que os metáis en nuestra piel por uno segundo.

  1. Imaginaos que vivís en una gran torre, digamos la conocida torre de Rapuncel; que se encuentra en lo alto de una gran ciudad, Puerto Princípe, en la que la gente vive como sardinillas en lata.

  1. Ahora ponemos que de esa torre solo salís en contadas ocasiones, siempre motorizados y en dirección o al trabajo (en el que pasáis 10horas al día) o a algún restaurante con precio de lujo y comida corriente, a cenar.

  1. Llega el día en que la ciudad a tus pies va a elegir a su futuro presidente. Ese día tu estabas a unos 8.000 Km. de ese lugar (o más), pero te cuentan que fue un día muy violento, que estuvieron encerrados en la torre una semana sin poder salir, por miedo a ser heridos.

  1. Llega el momento de la segunda ronda de elecciones y por si acaso, nos quedamos “hibernando” en casa.

  1. Semanas más tarde nos preparamos para conocer los resultados preliminares de la segunda ronda de elecciones. Hay muchos rumores, si gana una persona todo estará tranquilo, si gana la otra habrá fuertes enfrentamientos. Se comenta que se han acabado las existencias de machetes en las tiendas de la ciudad. El miedo y la excitación andan de la mano en el ambiente.

  1. Llega el día esperado, el día en que se conocerá, preliminarmente, quien será el futuro presidente del país. Los rumores se hacen cada vez más fuertes, volvemos a “hibernar”.

  1. La resolución de los resultados preliminares nos pilla a todos en el salón, como quien se junta con los amigos a comer pipas y ver el partido de fútbol del domingo. Una hora y media escuchando enumerar en la TV los resultados, uno a uno, centro electoral por centro electoral, hasta que sabemos el resultado, Martelly ha ganado. Felizmente se prevé que no habrá revueltas.

  1. Desde la torre escuchamos a toda la ciudad gritando al unísono, bocinas, fuegos artificiales, disparos aislados,…un ruido ensordecedor. 

Oír gritar a toda una ciudad a la vez, 3 millones de personas vitoreando la victoria de una persona, es de los eventos más impresionantes que he experimentado en esta vida.


¿Os lo imagináis?

sábado, 2 de abril de 2011

Me importas ¡Rábano!

Ha de reconocer que nunca fui gran amante de esta crucífera planta, angiosperma y dicotiledónea como pocas. Pero desde el primer día que la vi asomar por al jardinera del jardín, sabía que iba a ser de mis favoritas. Hace ya unas semanas que son las plantas más grandes, y porque no decirlo también , las únicas que han producido algo.  
La historia se remonta a unos días antes de navidad, cuando quitamos una tienda de campaña que era el refugio de la gente que vivía aquí durante el terremoto, desde entonces más o menos esos metritos cuadrados, ocupan mi tiempo libre y no pocas de mis energías.

 

Pasan las semanas y ya hay casi de todo; un sistema de riego por "chorreo" con agua de lluvia, de la piscina rota; un invernadero, de film transparente, para las semillas; estructuras de sujeción, a base de tuberías viejas, para las plantas trepadoras; un cernedor, de malla de gallinero, para quitar todas las piedras de la tierra...y sobre todo verde: el de la rúcula, las tomateras,los calabacines,las vainas, las alubias, los melones, el perejil y la albahaca...

Ahora, con Ratita aquí, parece que la hora escasa de luz desde llegar del trabajo a casa, no da a vasto para mis dos grandes pasatiempos y he de elegir; tirarme en la cama a retozar con ella, o regar los rabanillos... ¡Suerte que llegan ya las luvias y serán más auto-suficientes!

P.D.: Vean ustedes a la derecha del primer rábano de la cosecha, la navaja suiza que Ratita me obsequio de su viaje por las tierras alpinas, una gran ayuda en todas las tareas horticultoras.